lunes, 14 de septiembre de 2009
Shadi Ghadirian: Like Every Day (Domestic Life)
Una imagen vale más que mil palabras. Quizá por eso impacte tanto ver una foto en la que una escoba, una olla o una taza de té ocupan el cándido lugar de una mujer musulmana. Pero, como hay diferentes concepciones de lo femenino, quizá la imagen no sea tan importante como las noticias que llegan sobre la vida cotidiana de las mujeres por aquel lugar del mundo. De cualquier modo, las fotografías de Shadi Ghadirian sorprenden tanto a las miradas occidentales como a las de su propio mundo.
Ella dice que “Por accidente, los temas de mis dos primeros trabajos fueron las mujeres”. Sin embargo, desde entonces, cada vez que pienso en un nueva serie, de alguna manera está relacionado con las mujeres”, dice. En una cultura tan sensible a la exposición de la mujer y tan estricta, una fotógrafa retratando chicas puede resultar ofensiva y peligrosa. Sin embargo, Shadi toma sus precauciones: “Siempre utilizo el pañuelo en mis modelos, para protegerlas y también porque es una parte de nuestra realidad. Pretendo mostrar nuestra vida, y el chador “
La fotógrafa Shadi Ghadirian nació en Teherán en 1974, su trabajo recorrió lugares tan variados como Copenhague, Londres, Berlín o Madrid. Sin embargo, ella sigue en Irán. Desde este lado del mundo, su trabajo impresiona porque condensa en una imagen una situación particular histórica, social y geográfica. Y las diferencias se hacen notar a cada paso: “Lo que hace cuatro años no podía mostrar por el riesgo que corría la galería, ahora ya ha sido expuesto. De todas maneras, todavía no puedo exponer fotografías de mujeres que muestren su cabello y que no se cubran con un pañuelo”, decía la artista. En estos días Internet funciona para ella como una (segura) galería virtual donde pueden verse sus dos series más famosas “Qatar” y “Como cada día”. Y son muy distintas entre sí.
Las fotos de “Como cada día” se adentran en la rutina femenina del matrimonio. El chador ahora no cubre personas, sino objetos relacionados con el mantenimiento del hogar en clara alusión a la mujer-objeto.
“Quizá la única percepción de un extranjero sobre la mujer iraní es un chador negro. Yo trato de representar todos los aspectos de la mujer iraní y eso depende por completo de mi propia situación”, reconoce Shadi. De hecho, el punto en común de su trabajo es aquel “manto” usado por las mujeres de religión musulmana en algunas regiones de Medio Oriente y que cubre desde la cabeza hasta los dedos de los pies.
Más allá de las singularidades, en las series fotográficas se percibe cierta dimensión irónica, a veces obvia y a veces improbable, que se logra a partir de la adición, sustracción o repetición de cierto elemento. Suele decirse que estas pequeñas licencias, siempre sutiles, sirven para crear la ilusión de un comentario socio-político. Y este no es un elemento menor a la hora de conocer a esta artista: “El lugar que ocupan las mujeres iraníes en el mundo es importante para mí porque estoy segura que nadie sabe mucho de ello”.
Ex alumna del Departamento de Fotografía de la Universidad de Teherán ,Shadi se muestra también como una verdadera activista cultural y su trabajo no sólo tiene alto impacto desde el punto de vista artístico. De hecho, ella es una de las responsables de Women in Iran , un prometedor sitio con temas e información actualizada sobre la mujer en Irán (pero todavía no tiene su versión en inglés). Del mismo modo que temió por la galería, en algún momento temió por su vida, por su familia, por sus modelos, por su trabajo… Quizá por eso sus modelos siempre usan pañuelos, las imágenes siempre son borrosas o se codean más con la fotografía artística que con el fotoperiodismo.
Entrevista a Shadi por Dídac P. Lagarriga (2003):
-¿Cómo ves la creciente actividad, gracias a Internet, de proyectos sobre la mujer en Irán?
Actualmente hay muchas páginas como la nuestra publicadas desde el mismo Irán. Es bastante fácil el acceso, aunque lento. womeniniran está recibiendo en los últimos seis meses multitud de visitas.
-¿Cómo afecta el control y la censura por parte del gobierno?
Obviamente hay represión, y algunas páginas han sido cerradas. Pero es imposible de controlarlo todo en un medio tan esquivo. También depende del grado de crítica que contengan las páginas. Por ejemplo hay escritores arrestados, pero también hay páginas que escapan al control.
-Leí hace tiempo que algunos de tus trabajos no pueden mostrarse en Irán.
Es cierto, pero por ejemplo lo que hace cuatro años no podía mostrar por el riesgo que corría la galería, ahora ya ha sido expuesto. Tuve una exposición de este trabajo (donde se insinuaba el cuerpo de la mujer mediante encuadres borrosos) hace tan solo un mes. De todas maneras todavía no puedo mostrar fotografías de mujeres que muestren su cabello y que no se cubran con un pañuelo.
-¿Tienes miedo de ser arrestada por tu trabajo?
No, no creo. Siempre utilizo el pañuelo en mis modelos, también porque es una parte de nuestra realidad. Conozco mis límites y tampoco pretendo buscar la provocación y la confrontación explícita. Pretendo mostrar nuestra vida y el velo y el hyjab son parte de ella.
-Pero al mismo tiempo siempre estás utilizando el estudio y la modelo. Tus fotos tienen mucho de ficción y no son meros documentos.
Sí, creo que ya tenemos muchísimos documentalistas. La fotografía iraniana, a causa de la guerra y la revolución, se decantó casi exclusivamente por el fotoperiodismo. En los últimos años lo artístico va apareciendo en la fotografía.
-¿Hay una relación muy estrecha con el cine?
Indudablemente. También la repercusión del cine iraní en el resto del mundo nos ayuda a promocionar el resto del trabajo artístico. Con el cine la gente puede identificarse más con nuestra realidad. También es cierto que muchas personas en Irán no tienen la posibilidad de mostrar su trabajo fuera, ya que hay problemas con los visados. Pero la calidad del arte (escrito, visual, etc...) es muy alto en Irán. No sólo en el cine.
-¿Has expuesto fuera de Europa y los Estados Unidos?
Únicamente en Kuwait. En Europa he tenido más de 15 exposiciones, pero en los países árabes es más difícil. Tengo prevista una en Egipto y otra en Dubai para el próximo año.
-Quizá muchas veces se piense sólo en la posibilidad de exponer en Europa o EE.UU...
Sí, pero también es verdad que en estos países tienen más posibilidad de organizar eventos. Son razones económicas. También creo que los europeos no saben casi nada de nuestros países. Y es momento de mostrarlo.
-En una entrevista leí que no querías quedarte a vivir en Londres cuando tuviste la oportunidad. ¿Te has planteado establecerte en otro país?
No, no podría. Adoro mi país, y también hay mi madre, mi marido...
-¿Cómo ves tu condición de mujer, artista e iraní en relación al mundo artístico?
En Irán es más fácil, a veces, dedicarse a la fotografía siendo mujer. Tienes acceso a espacios privados que un hombre no dispone. En el campo del mercado internacional, donde quizá parezca que siempre se está buscando algo nuevo, no he tenido este sentimiento.
-Parece que algunos comisarios europeos se dirigen a estos países en busca de algo nuevo para vender.
No siempre es así. Por ejemplo con los comisarios que yo he trabajado nunca me he sentido así. Hay un gran interés por mi trabajo, y me han ayudado. A veces también he organizado exposiciones por mí misma, y siempre me he sentido libre en este aspecto. Creo que soy respetada como artista y no soy vista como algo exótico.
-¿Cómo es el acceso, por ejemplo, a libros extranjeros?
Hay algunas librerías grandes, donde hay importación. También hay una feria internacional muy importante cada año, donde nuestros pedidos son servidos y cobrados en dólares. También es verdad que en correos a veces censuran algunos de los envíos.
-Estaba pensando sobre el vestido. Pero no sólo en el velo, sino como es usado el vestir.
Es muy lindo cómo las mujeres usan el vestido en Irán. Creo que es bastante diferente a otros países. Hay variedad también dependiendo de cómo interpreten su cuerpo en relación a la comunidad. No hay muchas, pero las que son religiosas van todas de negro. En mi caso voy vestida con pantalones, y trajes-chaqueta. Llevo un pañuelo en la cabeza, pero es muy pequeño. Mi larga cabellera sale por todas partes. En el interior de las casas todo cambia. Puedes realmente vestir como quieras. Tenemos también muchas tiendas como Zara y Mango y lo que venden es exactamente lo mismo que pueden vender en otra parte. También hay diseñadores autóctonos, como por ejemplo toda la línea para azafatas. O las parlamentarias.
-¿Por qué crees que Europa tiene tanta obsesión con un trozo de tela?
Para mí el velo es como mi pelo. Crecí con él y no entiendo porqué los europeos tienen esta fijación despectiva. Mis problemas como mujer en Irán no son estos; hay cosas realmente importantes.
-¿Crees que debemos todavía hoy creer en Occidente? ¿No es sólo un mito más?
Exacto, hablamos de Occidente como hace siglos hablábamos de Oriente. Algo homogéneo y real, sin fisuras. Soy optimista en este sentido, creo que se van diluyendo estas fronteras. Poco a poco las culturas se van conociendo y mezclando. Hay mezclas muy interesantes. Por ejemplo las generaciones jóvenes en Irán son, en algún sentido, muy diferentes. Internet, satélite... Paradójicamente también es cierto que después del 11s parece que nos estemos volviendo a encerrar. Mi próximo proyecto tratará de cómo Internet aterrizó en mi cultura. En cierto sentido creo que la obsesión por conectarse nos perjudica. La idea de una ventana abierta al resto del mundo es cierta, pero en mi caso prefiero tumbarme tranquilamente y leer un buen libro. También prefiero ver las cosas con mis propios ojos, viajar, sentir. No puedo entender muchas cosas sólo a través de la pantalla.
¿Cómo te imaginas el futuro próximo de Irán? ¿Tienes miedo a una posible intervención militar de Estados Unidos?
No creo que esto pase. Creo que si algo sucediera no sería para peor, pero tampoco soy nadie para analizarlo.
¿Es fácil ahora visitar Irán?
¡Sí! ¿Quieres venir? Por favor ven. Creo que es un país extraordinario, muy diferente a otros. Con muchas cosas increíbles para ver.
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1 comentario:
gracias por este post nenas, es imprescindible para dejar de mirarnos el ombligo. os robaré un pedacito (de post, no de ombligo, aunque preferiría lo último...)
besazos guapas!!!
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