miércoles, 6 de octubre de 2010

29 SALVAJE

La huelga del 29 S tenía que ser el detonante para posteriores movilizaciones contra la reforma laboral que se pretende justificar con la solita excusa “barata” de la “crisis”, realmente solo es orientada por ayudar a las empresas en hacer contratos irregulares, ignorando los convenios colectivos y dejando en casa a los trabajadores pagándolos una miseria. Esta reforma ya aprobada por el gobierno, significa mayor temporalidad y precariedad en la contratación y da enormes facilitaciones a las empresa en hacer mierda con los convenios en materias como el salario, la jornadas o los horarios. Resultados más precariedad, más inseguridad, menos dinero y menos derechos.
El día siguiente  en los artículos de los media solo se habla de violencia, antisistema, la tienda de la Lewis saqueada, nadie pero ha tomado en consideración el porque de la rabia de la gente, las injusticias diarias, la corrupción, los robos etc.…
A continuación hay unas cuantas fotos de la jornada de rebeldía y luchas incendiaria y unas cartas escritas que me han parecidos significativas, porque representan dos puntos de toma y de vista muy diferentes:









Estimado Conseller Saura,

No soy una joven violenta anti-sistema. Soy una mujer cincuentañera, enferma del Síndrome de la Fatiga Crónica que raramente puede salir de su casa. El 26 de septiembre hice el esfuerzo de ir a Plaça de Catalunya, al banco ocupado por colectivos trabajando para una sociedad mejor, para participar en una interesante y fructífera reunión sobre la “Politización de los Cuidados”. Participamos enfermos, tetraplégicos y mujeres inmigrantes, que son las que cuidan de enfermos y ancianos en nuestros hogares. Se hizo un serio trabajo de reflexión sobre cómo organizarnos entre todos ya que ni el gobierno de la Generalitat ni el de Madrid nos prestan la ayuda mínima que necesitamos.

Era mi intención haber vuelto el día de la Huelga General para continuar participando en los interesantes talleres que se estaban llevando a cabo en ese espacio, pero mi salud no me lo permitió. Desde mi cama pude ver, horrorizada, por televisión que usted había decidido desalojar ese espacio ese mismo día y con una violencia impresionante. Me pregunto qué fue de los niños y de los ancianos que también participaban en las actividades en ese espacio.

Pero me pregunto, sobre todo, que por qué decidió usted desalojar ese espacio justo el día de la Huelga General. Podría haber esperado al día después si tanto le amenaza que los ciudadanos hablemos de la politización de los cuidados. ¿No sería una manera de despistar a la prensa de la Huelga General? Cual fuera su intención, la prensa en toda España, cuando habla de la Huelga General en Barcelona, sólo habla de los “okupas” acusándoles de violentos (personas que, por cierto, quedaron heridos y bastante magullados). Pero para añadir al despiste, y como si usted no tuviera nada que ver con la violencia contra los alter-mundistas, mientras los Mossos pegaban usted tomaba un sitio central en la manifestación. Ese tipo de perversión es lo que le va a costar a su gobierno las próximas elecciones.

También quería informarle de que el pequeño bidón de gasolina (la justificación que usted da en la prensa por el salvaje ataque) que había en ese espacio era para el generador de electricidad para poder tener luz y utilizar ordenadores en nuestras actividades.

Pero la verdad siempre prevalece y hasta con cierta poesía, aún en tiempos de políticas neoliberales salvajes: La “S” que alguien añadió a las palabras “DE CREDITO” en la puerta del banco para así formar la palabra “DESCREDITO”, veo en la prensa, que sigue en pie, después de que ustedes hayan tapiado la puerta con ladrillos. También siguen en pié, al lado de la puerta, las palabras: “Aquí se sueña”.



Sinceramente,

Clara Valverde

Presidenta

Lliga SFC (Síndrome de Fatiga Crónica, Fibromialgia y Sensibilidades Químicas Múltiples)

Aquí va la segunda carta:

x Sonrisas antisistema :

Ahora lo entendemos, aquel veterano, con gafas y canas, que primero miró de reojo la hoguera y luego echó un cartón para azuzarla: era un antisistema. 
Aquellos adolescentes que aparcaron las bicis y ayudaron a romper la cristaleras del museo Diocesiá (el de los embaucadores y abusadores) también eran antisistema. 
De los lateros pakistaníes ya sospechábamos, como nadie estaba por ellos, también aprovecharon para prender fuegos. 
Los que portaban la pancarta del piquete de las 12 horas: “Contra la dictadura del Capial, Huelga General” también lo eran. 
Los que robaron vaqueros también, los que los tiraron en la hoguera, más de lo mismo. 
Los que usaron las sillas de las pizzería para construir barricadas, también. 
Todos antisistema. 
La pancarta del banco ocupado “la banca nos explota, la patronal nos vende, los políticos nos asfixian y CCOO y UGT nos mienten”, o algo así, también lo era. 
Como la octavilla de “La economía está en crisis...¡Qué reviente!” y las del 29 Salvaje, todas antisistema. 
Y el periodista, que afirmó: “no hay nada nuevo, son revolucionarios que, como el viejo topo, salen a la luz tras debilitar los cimientos del poder”, ¿también era antisistema? 
¿Y el juez que permitió que la ocupación del Banco durara hasta el día de la huelga, no sería también antisistema? 
¿No serás tú el único imbécil que no eres antisistema? El único que aún alaba el sistema capitalista. 
Porque de lo que estamos hablando es de antisistema capitalista. Ese sistema que expulsa a unos, margina a otros y aísla y explota a la mayoría. Ese sistema del que una minúscula minoría de propietarios se beneficia. Un sistema que desde que surgió necesitó de una policía para defenderse, de unas leyes para perpetuarse y de unos periodistas para legitimizarlo. ¿Por qué nunca dicen de qué sistema somos los antisistema?, ¿por qué no aclaran que es el del Capital?, de ese sistema en crisis que ya pocos se atreven a defender. ¿Por qué no lo dicen aunque se cante: “¡anti, anti, anticapitalistas!”. ¿Por qué no se acercan a preguntarnos qué mundo queremos? O mejor, qué de todo esto no queremos. ¿Por qué se limitan a poner antisistema?, ¿será como sinónimo de antisociales? Creemos que no, pues saben que si hay alguien a quien les gusta estar acompañado, mezclado y arrambado, es a nosotros. Sin importar edades ni preferencias amorosas. Estamos contra el capitalismo, luchamos para abolir este sistema basado en el trabajo asalariado y la desigualdad social, y si usamos la violencia es porque es un sistema que desde su gestación la usó para imponerse y defenderse, la usó al privarnos de los medios de subsistencia y obligarnos a trabajar (para los propietarios de las cosas). 
Sabemos que si se nos volviera a ocurrir convertir el Ritz en un comedor popular y los latifundios de Aragón, en colectividades agrarias, el Estado nos respondería con armas de fuego. Por eso somos conscientes que en una insurrección tendremos que usar algo más que piedras para defendernos. Ante todo detestamos la violencia cotidiana del capital, la que mata en sus guerras y hambrunas o la que administra muerte en sus lugares de trabajo y estudio. Pero sigamos con el término de moda entre los mass media: antisistema. 
Tras la batalla del Cine Ocupado, 1996, cifraron nuestra media de edad entre dieciocho y treinta años, tiempo después, en las batallas anticapitalistas por las cumbres de presidentes, seguíamos en esa juventud. Casi una década después, vuelven a decir que seguimos en esa franja de edad. ¿Qué se piensan que para nosotros no pasa el tiempo? ¿Qué nosotros claudicamos como la mayoría de sus amigos? ¿Qué nuestra rebeldía era un asunto de juventud? O piensan que nosotros somos los teóricos y los jóvenes los que tiran piedras. Pues no, nosotros también tiramos piedras y prendemos fuegos, y los jóvenes no paran de forjar teoría. Como aquellos encapuchados de Madrid que subieron a un andamio para desplegar una pancarta con la consigna: “sindicalistas traidores la huelga es de los trabajadores”, pura teoría, poesía casi, como aquel verso de “Quien siembra miseria, recoge rabia”. Pero basta de tratar de aclararles las cosas a los funcionarios de Mentira y el Poder. 
Si hacemos este escrito no es para los periodistas, no es para explicarles porqué, el 29 Salvaje, nuestra rabia hacia sus poderosas mentiras se expresó rompiendo los cristales de sus unidades móviles. Nosotros os queríamos escribir a todos vosotros, también nosotros, a todas las compañeras, a todas las que rompimos la cotidianeidad capitalista en el centro de Barcelona, a todos los que, tarde o temprano, nos volveremos a encontrar, otra vez decididos, otra vez organizados, otra vez unidos, como una auténtica comunidad de lucha. Un fuerte abrazo a todos los que, tras el 29 S. andamos con una sonrisa por las calles… ¡cchzz! cuando pases al lado de los mossos ponte serio, que nos andan buscando. 
¡Compañeros presos a las calles, calles para la insurrección!
Carcelona, otoño caliente de 2010

1 comentario:

Dani dijo...

wow! anto! cuánto tiempo si hablar contigo. me guardo tu nueva dirección.

el escrito esta muy bien. dice lo que no dicen los media y la triste y evidente verdad: que estamos perdiendo derechos como trabajadores (y también de otra clase, pero bueno). y las cartas me parecen geniales. me gusta cómo en la segunda se cuestiona el término "antisistema", que es un concepto que se empezó a utilizar, en una determinada acepción, en los mass media hace 10 años como mucho (antes de eso, no era un término con connotaciones tan negativas).