El Gobierno italiano quiere imponer un castigo ejemplar contra el colectivo NO TAV y ha llevado a cabo registros y detenciones en las casas de más de 50 activistas en diferentes puntos de Italia. Una represión contra el movimiento más antiguo y mayoritario de Italia que desde hace 20 años se opone a la construcción de la línea de alta velocidad que pretende atravesar los Alpes italianos.
Valentina Natale / Chiomonte (Italia)
Lunes 6 de febrero de 2012. Número 167
El 26 de enero a las cinco de la mañana la policía ha irrumpido en las casas de muchos activistas y simpatizantes del movimiento en contra de la linea de tren de alta velocidad, residentes en quince ciudades italianas. La oleada represiva se ha abatido sobre más de 50 personas presentes el pasado 3 de julio en Val de Susa.
En aquella ocasión,60.000 manifestantes se habían reunido para volver a apoderarse del campamento resistente conocido como Libre República de la Maddalena, que había sido tomado con violencia por las fuerzas de orden el pasado 27 de junio.
Desde entonces el movimiento había subido una fuerte criminalización mediática y judicial que ha acabado con el registro de 52 casas particulares y centros sociales, la detención de 24 personas, mientras que otras 15 han sido condenadas a residencia obligatoria y dos al arresto domiciliario.
Los agentes han registrado casi todos los espacios sociales de Turín a través del 41 T.U.L.P.S, el registro especial que se aplica cuando se buscan armas y explosivos. Lo que finalmente han requisado han sido muletas, vestimenta y cascos para moto.
Los anarquistas que forman parte de los NO TAV han sido los más perjudicados por la operación, que tenía la intención de separar el colectivo en buenos y malos. Una vez más, el movimiento ha revindicado su unidad y rechazado estas distinciones utilizando el lema ya muy conocido: “Somos todos Black Block”.
Una lucha de hace 20 años
El megaproyecto del TAV pretende atravesar los Alpes italianos con un túnel de más de 70 km, una línea que unirá Turín con Lyon, en Francia, y cuenta con una gran oposición social. El movimiento NO TAV es uno de los más importantes y activos desde hace 20 años en Italia.
Entre los detenidos se encuentra también Guido Fissore, secretario de Auntamiento (funcionario del Estado) de un pequeño pueblo del valle y notorio activista No Tav. Con su 67 años, Guido se ha visto arrastrado fuera de su casa con las primeras luces de la madrugada, con la acusación de agresión a la autoridad, porque, según las investigaciones de la fiscalía, habría golpeado y herido a dos antidisturbios con una muleta.
De hecho el día de los enfrentamientos el consejero tenía un pie roto e iba con muletas. Las mismas “armas” han sido encontradas por los agentes durante el registro de su casa.
Algunos testigos presentes en la manifestación del 3 de julio han publicado sucesivamente en sus blogs que Guido había sido empujado por los policías y había golpeado, al caer, los escudos de dos de ellos. Lo que no está claro es cómo habría conseguido un hombre de casi 70 años, con un pie roto, herir con unas muletas de aluminio a dos agentes protegidos por uniformes antidisturbios.
Después de dos días de cárcel en Turín, Guido Fissore ha podido volver a su casa bajo arresto domiciliario. El caso del consejero comunal de Villar Forchiaro es un claro ejemplo de cómo la justicia italiana reacciona delante de aquellos ciudadanos que deciden despertarse y levantar la cabeza en contra de cualquier poder que quiera destruir su tierra y su futuro.
Un símbolo de resistencia en Italia
En los últimos años el colectivo No Tav se ha vuelto un símbolo de autodeterminación y dignidad, y por ello las penas han sido también simbólicas y ejemplares. Casi todos los detenido han sido acusados de violencia, resistencia o ultraje a la autoridad y de devastación de bienes públicos. Esta última acusación es muy curiosa si se considera que los manifestantes han puesto a riesgo su persona para proteger el valle alpino del desastre ambiental y económico causado por la construcción de la linea de alta velocidad.
No parece azaroso que los registros y las detenciones se hayan producido ahora, en un momento tan particular de la historia italiana. La crisis económica y las malas prácticas políticas acaban de derrumbar al gobierno de Berlusconi, las huelgas han explotado en toda la península, desde Sicilia se han expandido hacía el norte. En Palermo los movimientos populares han bloqueado las autopistas y el puerto por cinco días dejando a todo el país sin gasolina y a los supermercados sin mercancías.
El riesgo de que tantas chispas se transformen en una hoguera ha provocado a la máquina represiva que ha empezado su trabajo por el colectivo resistente con más historia: los No Tav. Sin embargo, las medidas adoptadas por el nuevo Gobierno técnico guiado por el primer ministro de Mario Monti no han conseguido asustar a la ciudadanía.
Manifestaciones de apoyo
En decenas de ciudades italianas se han organizado marchas de solidaridad en las que han participado miles de personas. En Turín 10.000 manifestantes han desfilado bajo la nieve, mientras que en Bussoleno (Turín) han sido 8.000 los que han tomado la calle para demostrar su apoyo a los detenidos, entre los que se encuentra el histórico peluquero del pueblo, Mario Nucera. Desde el pasado jueves la tienda de Mario ha quedado abierta gracias a la solidaridad de los vecinos, que están organizando turnos para que el barbero no se quede sin sueldo aunque se encuentre encarcelado. Son miles, también, los mensaje de fraternidad y respaldo pegados a la puerta de la peluquería.
La operación policial ha sido tan chocante y inesperada que incluso muchos alcaldes han expresado su respaldo a las familias de los detenidos, demostrando una vez más que el movimiento No Tav continua siendo verdaderamente heterogéneo, unido y popular.
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