MASIVAMENTE VIOLENCIA RIVAS

Concordamos con Diana Pornoterrorista, Helen la Floresta y Klau Kinky que Violencia Rivas es el antecedente del tranfeminismo.

Esta es la propuesta de Helen de hacer unos talleres:

Sacá la Violencia Ribas que tenés dentro.

Desde el maravilloso invento del hippismo y la figura de Gandhi se nos viene taladrando el cerebro con el mensaje de que la violencia es mala. Mientras tanto, tuvimos Vietnam, las dictaduras latinoamericanas, los llamados conflictos de baja intensidad, Oriente Medio, el muro de Gaza… La violencia es mala dicen. Pero existen la pobreza, la miseria, la masacre, el exterminio. La bomba atómica. La sangre sale a borbotones por la tele, las pelis, la publicidad. Los colegios vomitan violencia de vírgenes violadas. Los monasterios catapultan violencia de niños abusados. Los gobiernos se nutren de violencia y los partidos la usan para ganar las elecciones. La violencia es mala, dicen. Y luego salimos a la calle y tenemos que aguantar que nos pisen, nos interpelen, nos vigilen, no nos dejen ser. Tenemos que aguantar que nos agredan por darnos un beso, que nos pequen porque no les gustan nuestras pintas, que nos insulten cuando nuestro comportamiento no es “normal”. Pero la violencia es mala. Aunque la tengas en casa, en el vecindario, en el metro, en el trabajo, en la fiesta. Sigue siendo mala. Así que no podemos responder a la violencia ajena. Tenemos que aguantar porque sino, dicen, generamos más violencia. Así que, al final, la culpa es nuestra. Atascadas en esta contradicción, sólo se nos ocurre reproducirla: marginando a gente atravesada por violencias que desconocemos; maltratándonos, trabajando o drogándonos en exceso; autolesionándonos; desparramando nuestros prejuicios.

Queremos salir de la idea de acción-reacción. Basta ya de aguantar y no hacer, de reproducir lo que combatimos, de callar y llorar. Estamos atravesadas por la violencia y la queremos transformar. En ironía, en blasfemia, en política incorrecta. La política correcta genera silencio, marginación, víctimas y verdugos. Así que decimos: ¡vomitemos nuestra violencia! ¡Dejémosla que se exprese! ¡Saquémosla del armario! ¡Seamos Violencia Ribas!